
Crema de calabaza en dos versiones: toma dos tazas!
Y es que esta famosa cucurbitácea, primera vasija contenedora de alimentos para los hombres del Neolítico, carroza improvisada para la Cenicienta y espectro fantasmal y terrorífico para una fiesta que no da miedo, es la reina de la estación. Así que, sino querías crema de calabaza, toma dos tazas!
Y es que esta famosa cucurbitácea, primera vasija contenedora de alimentos para los hombres del Neolítico, carroza improvisada para la Cenicienta y espectro fantasmal y terrorífico para una fiesta que no da miedo, es la reina de la estación. Así que, sino querías crema de calabaza, toma dos tazas!
El secreto de una buena crema de calabaza, si es que lo hay, es acompañarlo, tunearlo, que dirían mis hijos, acompañarlo con una guarnición que le quede bien y armonice con su sabor dulzón. Normalmente vemos toques herbáceos para acompañar a esta crema sencilla, regueros de nata líquida o yogurt, pepitas y semillas de todas clases, etc, etc. Y todo ello queda muy bien. Si me apuras puedes, incluso, acompañar una crema de calabaza con frituras o tempuras de mariscos y verduras cuando quieras elaborar una crema festiva o, simplemente, hacer lo que hemos hecho nosotros: usar el queso y el pan para crear dos versiones distintas de una misma crema de calabaza.
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